lunes, 17 de noviembre de 2014

UNA MAREA DE GENTE....TODOS DIFERENTES.....


"UNA NUEVA PERSPECTIVA PARA ABORDAR CON LA EDUCACIÓN ESPECIAL"


PARA REFLEXIONAR


"REVISITANDO LA MIRADA"



LOS NIÑOS Y LA TECNOLOGÍA
EL VALOR DE LAS TIC EN LA EDUCACIÓN ESPECIAL
                                                             


                            CARRERA DE RANITAS


Era una vez una carrera de ranitas…
El objetivo era alcanzar lo alto de una gran torre. Había en el lugar una gran multitud de espectadores. Mucha gente para apoyar y gritar por ellas…
Y comenzó la competencia.
Como los espectadores no creían que las ranitas de verdad pudieran alcanzar lo alto de aquella torre, lo que más se oía decir era:
¡Qué pena! No lo van a conseguir, pobres no van a poder… y las ranitas comenzaron a desistir. Pero había una que persistía y continuaba la subida en busca del logro. La multitud continuaba gritando: ¡Qué pena no lo van a conseguir! Pobres no van a poder…. Las ranitas seguían desistiendo una a una, menos aquella que continuaba tranquila cada vez más segura.

 


Al final de la competencia, todas desistieron, menos ella… La curiosidad se apoderó de todos, querían saber lo que había ocurrido.
Cuando fueron a preguntarle a la ranita como lo había conseguido, como había logrado hacer la prueba, descubrieron… ¡Qué la ranita era sorda!



 
“Recuerda que hay poder en nuestras palabras, por eso  hay que procurar siempre ser positivo.
Hacerse el sordo cuando alguien te dice que no vas a poder ser capaz de alcanzar tus metas.

Ser cuidadosos con lo que decimos, que nuestra boca siempre tenga una palabra de aliento con aquellos que se cruzan en nuestro camino”.  
Hoy dejame que te cuente una historia de.....


EL DICHOSO CORCHO


Hace años, un inspector visitó una escuela primaria. En su recorrida observó algo que le llamó poderosamente la atención: una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico.


Decidió presentarse:



-El inspector: "Permiso, soy el supervisor de turno...¿algún problema?"

-La maestra: "Estoy abrumada señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles..."



El inspector, que era un docente de vocación, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:

-El inspector: "¿Qué es esto?"

-Los alumnos: "Un corcho señor"... gritaron los alumnos sorprendidos.

-El inspector: "Bien, ¿De dónde sale el corcho?"
-Los alumnos: "De la botella señor. Lo coloca una máquina...", "del alcornoque, de un árbol .... " de la madera...", le respondían animosos los niños.
-El inspector: "¿Y qué se puede hacer con madera?", continuaba entusiasta el docente.
-Los alumnos: "Sillas...", "una mesa...", "un barco..."
-El inspector: "Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué provincia argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?"



Y así comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.



La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:

-La maestra: "Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias".



Pasó el tiempo. El supervisor volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden.



-El inspector: "Señorita...¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?"

-La maestra: "Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho ¿Dónde lo dejó?"




                                                     
                                          (Enrique Mariscal de“Cuentos para regalar a personas inteligentes”)